El último día hablábamos de las Empresas de rating, apartándonos de la línea de dar a conocer las medidas para el cambio de un nuevo sistema social; hoy, 25.01.2012, nos permitimos otra licencia, ocupándonos de otros voceros que, sin responsabilidad alguna, con una falta de rigor absoluta, vierten opiniones en los medios de información escandalizando, amedrentando, acongojando (subidos en su pedestal) a un público que los sigue.
Se trata de representantes de Organismos oficiales (técnicos, serios, bien preparados y mejor pagados con el dinero público) que nos ofrecen gratuitamente estimaciones económicas inadecuadas, dignas de acientíficos y oscurantistas desestabilizadores: el mejor remedio para inspirar confianza, hablando de la soga en la casa del ahorcado.
Nadie, sobre el futuro, es capaz de prever lo qué puede suceder. Eso sí, cualquier cosa, en cualquier momento, en cualquier lugar, cientos de veces, es posible que ocurra. Así que un futuro alternativo, sea el que sea el que se vaticine, no habrá que descartarlo. Dicho esto, me es lícito y caigo en la tentación de manifestar, que lo que nos aguarda será mejor que el pasado que ha muerto. Es esperanza de vida: el pretérito no existe. El efímero presente y el devenir, es lo único que nos queda.
No permitamos pues, que nos maten la ilusión con el miedo que nos infunden; no demos crédito a tanta noticia agorera, ni a tan lesivos vaticinios y, menos aún, si quienes lo hacen no saben de penalidades económicas, ganando en un año lo que jamás un empleado normal ganará en toda su vida. Que se guarden sus palabras en las cajas mortuorias que les esperan para su último día. Allí no se llevarán nada, irán de vacío. Su alto grado de poder no les da derecho a matar al débil reguero del sueño que siempre guardamos para el mañana. ¿Ignoran las consecuencias catastróficas de sus mensajes o los divulgan a sabiendas de que les beneficia?. Después, nos sacarán del atolladero que pregonaron gracias a sus medidas, o se justificarán con nuevas patrañas para seguir encumbrados. Para cuando se descubra su engaño, estarán retirados con los dividendos obtenidos o camuflados en segunda fila recontando su botín.
¡Qué olvidadizos somos si no nos acordáramos de quiénes son los que crean el pánico!
Nos meten en las crisis, juegan a policías y ladrones, siendo ambas cosas a la vez; y ahora, cuando las soluciones se les escapa de las manos, esperan que los hombres de a pie les llevemos caballeros, montados a nuestras espaldas.
¿Cómo debemos desasirnos de ellos? ¿Cómo descargarnos de tanto estiércol con el que nos invaden?¿Cómo soltar lastre, esquivar su germen malévolo y eludir que nos hipotequen el futuro que nos queda?
Haciendo caso omiso a sus palabrerías de miedo. Apagando las cajas de los truenos. Siendo conscientes de que el pesimismo es una moneda falsa de la que hay que desprenderse. Gastemos lo necesario: no más de lo que ganamos. Sin empeñarnos en tener lo que no es preciso. Eso sí, llamemos gallinas a los que no se atreven a coger el toro por los cuernos. Pusilánimes. Que parecen no saber que han de morir como cada cual. Pues bien. Que les aproveche. Que su infamia se la coman con nuestro desprecio. Que la vida es para actuar y el porvenir nos pertenece.
En el presente blog de CIUDADES OCUPACIONALES, paso a paso, van indicándose soluciones posibles que, incluso a ellos, les interesa. Ya va siendo hora de preocuparse por conocer en qué consiste la Teoría de los números primos por la que las distancias de las rentas se acortan; el Apagón económico, celebrando no endeudarnos, desterrando el dinero físico, renunciando operar con los paraísos fiscales y liquidando los bienes improductivos de las empresas. Veremos cómo el hombre (individual y social) es el motor de la economía (trabajador, empresario, gobernante), el mismo que interactuando en un Plan ocupacional inhabilitará el paro y se igualará con los impuestos.
Que la Paz y el Amor nos una.
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