Tal como anuncié en mi penúltima entrada, a
continuación concretaré medidas para paliar el drama social del paro: Una lacra
que ha de esfumarse y ser sustituida por el empleo. Una tragedia de muchos
millones de españoles que el Gobierno debe prever y cubrir, como la asistencia
sanitaria y la escolarización, para todos sus ciudadanos. Si actualmente, Repsol,
una sola persona jurídica, acapara toda ayuda posible: ¿cómo no hacerlo ante el
infortunio de un sinfín de personas físicas?. El trabajo es un derecho constitucional
que deberá ser obligatorio y entrar a formar parte de los pilares en los que se
ha de asentar una sociedad más justa, más digna y más humana. Nadie, salvo
elección propia, debe prescindir de lo indispensable y la ocupación lo es, como
lo es el comer, la educación o el cobijo.
Un Estado no puede permitirse inmoralidades semejantes y el Gobierno que lo
representa, en una situación de crisis como la actual, no puede abandonar a tantas
personas ante su padecimiento ¡Un crimen será no poner los medios!
Cada aldea, cada pueblo, cada barrio o
distrito de cada ciudad, a través de una agencia gubernamental dedicada al
efecto, se encargará de ello: controlando, regulando y compensando (con un
sueldo de supervivencia) el desempeño. Toda persona en paro, jornada tras
jornada, como un trabajador más, fichará y acudirá al lugar designado, a
cumplir el cometido que se le encomiende, ajustado a las horas laborables.
Se habilitarán los espacios y lugares apropiados
para ello y las iniciativas a desarrollar no faltarán. Existen sobradas
actividades que realizar, lugares donde poder hacerlas, ideas y decisiones que acometer,
negocios y asociaciones por crear, materias y oficios que aprender, artes y
deportes que practicar, fines sociales y más razones que remediar. (Véase en
este mismo blog el Proyecto de Ciudades
ocupacionales. PCO).
Las empresas, autónomos y contratantes
(motores del empleo) buscarán a través de tales agencias gubernamentales la
mano de obra que necesiten y el mercado laboral pasará a depender,
exclusivamente, de la administración y pagará las prestaciones actuales sólo a
quienes se adhieran al plan ocupacional expuesto, eliminando más miserias.
Otras ayudas al autoempleo, a los autónomos,
a las empresas, encaminadas a crear puestos de trabajo bienvenidas sean; sin
embargo, es el Gobierno quien, convencido y directamente, ha de reaccionar y
extirpar la desdicha social que supone el paro. El Gobierno ha de renunciar favorecer
o subvencionar a terceros para que eliminen desgracias como éstas porque es el
propio Ejecutivo quien debe evitarlas, habilitando medidas como las citadas,
los medios inexcusables (tareas, comedores, albergues…) o lo que sea necesario
para llevarlas a cabo e impedir la pobreza y la pena negra del hombre,
haciéndole sentir útil, paliando su rotura familiar, el peligro latente de su
ruina.
¡Ante la adversidad no se han de escatimar
soluciones azarosas!
Suprímanse
los subsidios, los dispendios, las subvenciones,
las ayudas sin sentido, los gastos superfluos, los derroches, los delitos, las
duplicidad de cargos y… que las alargadas manos de la Administración ocupen a
la población invisible y desamparada que se esconde en el paro. ¿Por qué no
ponerse manos a la obra?.
Si España no tiene dinero para pagar a tanto
desempleado; si además no puede adeudarse, tendrá que hacerlo, al menos, para
darles comida a quienes no la tienen y tampoco pueden conseguirla lícitamente.
¿Tendrán que robar para ello?. Nadie quiere robar ni que les roben. Por tanto, es
vital crear una ocupación social a cambio de un plato de lentejas y que digan lo que quieran los sindicatos, los
puritanos o la hipocresía social que nos inunda. Será mejor que morir de
inanición. Además, el dinero no es problema y puede conseguirse.
Hoy y en la entrada titulada El paro es nuestro primer enemigo ya
facilito algunas pistas; en las próximas, explicaré cómo obtenerlo. Hay que
erradicar el paro ya, sin más dilación, antes que la conciencia de esos
doloridos y desocupados hombres, muera en el nirvana de su desesperación. Mientras,
que el Amor y la Paz unan a la humanidad.
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