domingo, 8 de abril de 2012

¿POR QUÉ NO PLANTARSE YA?

El hombre en realidad, salvo error, hoy vive mejor que nunca. La calidad y abundancia de producción de bienes y servicios así lo atestiguan. Siempre hubo avances y retrocesos en el tiempo; sin embargo, excepciones aparte, nunca existió tanta distancia entre la miseria y el derroche. Tal vez, vaya siendo hora de plantarse.
Con sólo pronunciar plantarse, a mi mente acude aquel juego de cartas llamado las siete y media. Antes que pasarnos (lo que suponía perder) decidíamos limitar el tanteo posibilitando poder ganar. Hoy en día, muchas son las voces que nos dicen estar  superando nuestras limitaciones; pero la decisión no nos corresponde tomarla a nosotros. Son nuestros políticos los que juegan, los que deciden de qué manera alcanzar las siete y media y, viendo sus resultados, se pasan a menudo.
No estaría demás acometer algún tipo de guía implantando líneas límites que no poder sobrepasar. Una guía de medidas o de soluciones con la que no en la forma pero si en el fondo, todos estuviéramos de acuerdo. La gente, cada cual desde su especialidad o parcela, señalaría aquellas que considerara razonables. Establecerlas sería el primer objetivo. Para dar con ellas, sin embargo, tal vez, lo mejor sería comenzar planteando y dando a conocer los ideales con los que soñamos.
Sin dudar, yo los simplificaría con la ilusión de conseguir una ecuánime distribución de la riqueza pero, ¿cómo llevarlo a cabo? (Sólo el hecho de pronunciar mejor distribución de la riqueza me produce un cierto desasosiego, aunque en el Proyecto de Ciudades Ocupacionales –PCO- me decante, en su lugar, por el logro de la felicidad).
La propuesta, el desarrollo, elaboración y cumplimiento de tal guía deberían efectuarse por altas instancias de Europa, haciéndolas vinculantes para cada Estado miembro. Se me antoja que ello no deja de ser una idea, una entelequia o un deseo a realizar, pero por ello, ¿no debemos intentarlo?¿cruzarnos de brazos y que sean otros quienes se pasen?
No creo que nadie esté conforme con las corrupciones, las mafias, las injusticias, los abusos, los desamparos, el hambre o la miseria; por tanto, se estará de acuerdo en darles solución. Otra cosa será cómo hacerlo, qué medidas tomar, cuándo y de qué forma. Si avanzamos, nos daremos cuenta que existen pequeñas y comunes cosas que pueden llevarse a cabo sin trastornar al ciudadano y anular maldades de consideración.
La abolición del dinero físico, por ejemplo, daría lugar a controlar su blanqueo, a evitar la extorsión o chantaje que se paga en efectivo, robos y un largo etcétera. El límite está en utilizar otros medios de pago (no el dinero). ¿Por qué no hacerlo?.
La abolición de los paraísos fiscales daría lugar a impedir transgresiones de personas despreciables. Sin embargo, erradicarlos no es posible ni depende de la voluntad política de Europa. Lo que si puede hacer Europa es limitar tratos comerciales con gobiernos, empresas o personas establecidos en tales países, de igual manera que se embarga, se suprime o  condiciona otras relaciones, tanto políticas o económicas, cuando se quiere. ¿Por qué no se hace?.
Los mecanismos de responsabilidad y castigo funcionan a todos los niveles. Existen vías por las que se pueden determinar los mismos y la ley debe ser igual para todos. Europa puede arbitrarlos sean ciudadanos de a pié, políticos, clérigos o militares.¿A qué se espera para acometerlo?
Las rentas van a parar, principal y finalmente, a los mercados financieros sin que éstos paguen tributos acusados, pese a que ello va en detrimento de los mercados comerciales, de la creación de puestos de trabajo, de la participación en nuevas empresas, de la investigación y tecnología, de las ciencias y las artes, en definitiva, merman los valores productivos u ociosos para el bienestar del hombre en beneficio, únicamente, de los intermediarios financieros: ¿Por qué no igualar las rentas del trabajo y del capital?  ¿Por qué no limitar las rentas individuales tanto por arriba como por abajo?¿Por qué…?
Mientras se abre camino en la buena dirección, que la Paz y el Amor nos unan.

2 comentarios:

  1. No dejo de preguntarme, por qué, si existen multitud de medidas factibles que pueden dar un cambio de rumbo a este, nuestro mundo, hacia una dirección más solidaria y justa, no hay voluntad y valentía para adoptarlas...Quizás, como dices, hoy vivimos mejor que nunca, pero debemos reflexionar sobre la contrapartida de un ascenso al plástico, botox, iphones...y otro montón de artificalizdades que hoy nos gobiernan, frustran y definen como miembros de un exclusivo club "de ciegos, sordos, mudos", en definitiva, "insensibles" ante el real infierno que lo sostiene.

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  2. Se trata de una pregunta acertada que muchos de nosotros nos hacemos y que,igualmente,hay numerosas respuestas. Me quedo con un pasaje bíblico que viene a decir "que cada cual vele por sus intereses" y son también excesivos los políticos que miran por los suyos. Y éstos no son (ni con mucho)los mejores, los más altruistas o los más trabajadores. Son, como nosotros, personas que tienen a su alcance un poder muy, muy importante que les somete, les tienta y caen ablandados por las injurias que reciben. ¿Habría otras formas de elegirlos?. Eso es otra cuestión; bien distinta, por cierto, al mundo de la tecnología y la investigación a la que nunca el hombre renunciará, pese a que ésta avance, a mi juicio, más aprisa que otras clases de valores personales, que suponen esfuerzo y son dignos de encomio como la Honradez, Transparencia, Rentabilidad (HTR). Los hombres, por tanto, formamos parte de la domesticación recibida y, a veces, cambiamos o no, pero siempre perteneceremos a un rebaño, cual sea, que esté en la gloria o en el infierno que están aquí, creados y dependientes por nuestra voluntad. De tal manera que recomiende estar en la parte que satisfaga la forma de ser de cada uno, que deberá hacer lo que haga mejor y camine escatimando el miedo, aunque mantenga la prudencia.
    Lo demás llega cuando menos lo pienses.

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