martes, 8 de mayo de 2012

EN DEFENSA DE LA OCUPACIÓN SOCIAL


Es imprescindible imponer la protección social (alimentar y estimular a las personas con comida y cultura a cambio de una prioridad elemental: su ocupación) sobre la imposición que ejercen los poderosos consiguiendo sus propósitos. Propósitos que no son otros que hacernos creer que el crecimiento es la panacea para crear puestos de trabajo y riquezas. Propósitos que suponen garantizar sus ganancias (no renunciar a ellas) mudando el orden de los valores que nos afectan a todos ¡Pero no! Los valores comienzan con la propia vida, la posibilidad de supervivencia en circunstancias razonables, el desarrollo en educación, la capacidad de libre decisión y, después, los beneficios económicos.
Debemos mentalizarnos para invertir en valores humanos al tiempo que se crea riqueza. Existen medios para ello. Y lo primero es saber que eso es posible, sin que se distancien las rentas del trabajo de las rentas del capital. Y por eso abogamos en el Proyecto de Ciudades Ocupacionales (PCO), estableciendo limites al sistema capitalista, marcando infinidad de medidas y soluciones susceptibles de discutir, mejorar y ponerlas en practica. Por supuesto, al amparo del bienestar de todos y cada una de las personas (sean trabajadores, empresarios o muertos de hambre). Por tanto, pensamos que los sindicatos deben formar parte de la producción estando en los órganos empresariales de las decisiones. Que la administración ha de regular el mercado de trabajo ocupando a la mano de obra desempleada; protegiendo con ello el consumo interno (que incentiva la producción empresarial) pagando con un mínimo de subsistencia. La ocupación pasará, sin duda, por esmerarse en la protección social también, como pueden ser en la sanidad (cuidando enfermos), las escuelas (impartiendo enseñanzas), la creación de empresas (sociedades con ánimo de lucro), el medio ambiente (arreglo de montes, playas, ciudades) y un largo etcétera encomiable. Ideas más peculiares, no por ello menos importantes, han cuajado en las mentes de los hombres llevándoles a guerras, revoluciones y sangrientas contiendas que aún prevalecen. Sean, tal vez, por conseguir paraísos o sueños irrealizables, sean por aberraciones increíbles o porque el germen cayó en caldo de cultivo adecuado, sean por lo que sean, se han cumplido: Únicamente es un paso, una línea que cruzar (lo impide o lo mueve) para que las cosas cristalicen y lleguen a buen termino. Mejor será no tentar  peligros latentes que aún se pueden evitar.
Existen alternativas muy diversas (ajenas a particulares intereses) que no tienen porque escandalizar a nadie, sabiendo que nada es perpetuo. Todo obedece a las costumbres de la población existente, a sus relaciones económicas, a la forma de propiedad establecida, a la certeza que basta respirar para vivir. El PCO trata con la máxima honestidad el principio por el que cada persona ha de tener iguales posibilidades con las que enfrentarse para, con su esfuerzo, ganarse la vida.
Cuando los sueldos se acoten o no se distancien, nadie querrá disponer de un salario de subsistencia. Harán lo indecible para encontrar trabajo distinto al que el Gobierno les ofrezca. Pero éste (sino hay otro remedio) es una salida. Una salida digna si se mantiene ocupado. Lo ideal será que cada uno encuentre el empleo que mejor vaya con sus aptitudes y posibilidades. Entonces, no será necesario incentivar el esfuerzo o el riesgo porque éstos se realizarán gratamente y las rentas obtenidas serán las adecuadas.
Pedir un aumento de salarios para compensar el aumento del coste de la vida es una simple espiral que perjudica a la clase trabajadora (no jubilados). La generalización no es recomendable y si el hecho aislado de que cada empresa pague sus salarios con arreglo a su producción o, mejor dicho, con fundamento al reparto de los beneficios.
Los salarios no han de ser deflacionarios pero tampoco inflacionarios en exceso. La rigidez tampoco es conveniente. En ningún caso, son la causa de la merma de beneficios aunque defienda sus topes y tienen menos significación para las ventas que otros factores que la demanda siempre expresa.

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