En
mi anterior entrada, entre otras cosas, decía:
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Antes de nacer silencio, después de morir
silencio: Entre el silencio la vida y la muerte.
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Cuestionar lo que se oye, lo que nos dicen, lo
que leemos: Tengamos criterio propio.
-
Lo público y lo privado pueden vivir en
armonía: Ni mejor ni peor. Distinta su función.
Si esto
último quedó claro y considerando que el hombre es lo verdaderamente importante,
es su vida, nuestra vida, la que debe preocuparnos. Escribimos también que nuestro
desarrollo se da en manada con costumbres, normas y leyes establecidas para
entendernos, sin las cuales no avanzaríamos o, lo que es lo mismo, nuestra exterminación
hubiera sido un hecho.
La
sociedad hoy más amplia que lo ha sido nunca, es como una maraña complicada de
desmadejar, sin embargo, las posibilidades de innovar pacíficamente el Sistema en el que vivimos es máxima, debido a
los grandes avances de las tecnologías, especialmente, las de comunicación. A
mi juicio, se hace necesario implantar un orden flexible y de respeto en
continua remodelación, que establezca como principios la justicia
independiente, la libertad individual, el reparto más equitativo de la riqueza
sin sobresaltos de crisis que los alteren. No obstante, habrá siempre
frentes abiertos mejorables que, por simplificar, iré citando en sus aspectos
económicos, sociales, políticos que, aun relacionados entre si como si fueran
cabeza, cuerpo y extremidades, el todo del ser humano, forman parte del
conjunto único e inconmensurable del Universo al que pertenecemos. Pequeños
universos independientes que por sí no tienen cabida, agrupándose y
extendiéndose o aislándose y desapareciendo. Nuestra tendencia para sobrevivir es la primera por
lo que los firmamentos que formemos deben ir en la misma dirección para no
desmembrarse y desaparecer. Ello supone buscar la equidad que nos equilibre
y nos mantenga en el fiel de la balanza. La agrupación o ausencia de la
riqueza en unos y en otros, producirá una distorsión peligrosa que puede
conducirnos a un precipicio sin retorno. ¿Para qué poseer tanto si no tendremos
tiempo de su disfrute? ¿Para qué esquilmar los recursos de la Naturaleza que
nos mantiene confortablemente? ¿Para qué tener mucho dinero en el desierto si
no tenemos ni una gota de agua que llevarnos a la boca? ¿Para qué seguir
ahondado cada vez más en nuestras diferencias que nos apartan del logro de
mantenernos en la cúspide de la evolución?
El
dinero ocupa uno de los primeros puestos
en el orden de prelación económica; es el elemento principal de la economía
como instrumento de cambio imprescindible para entendernos. Es el medio de pago
por antonomasia que se ha trocado en un bien irrenunciable por el que nos
movemos desesperadamente y sin el cual la maraña en la que nos desenvolvemos
sería inexpugnable. No obstante, su fácil manejo de características anónimas da
lugar a que, anónimamente también, por lograrlo, se mate, se boicotee, se
coarte, se chantajee, se robe, se extorsione, se presione y obligue a cometer
delitos inexpugnables, de difícil resolución. Su sustitución por otro medio de
compensación será un primer paso para aunar la convivencia pacifica que
posibilite las huellas o trazas con que perseguir tales delitos e irregularidades.
Después vendrán nuevas medidas encaminadas al logro de los objetivos del bien
común propuestos para los hombres, antes reseñados.
El
dinero deberá continuar regulado por lo público manteniendo el orden flexible y
de respeto propugnado al servicio social y, por consiguiente, en beneficio del
hombre. Éste no puede quedar abandonado a su suerte por imperativos
circunstanciales como la falta de aquél.
Todo lo que pones es interesante y es muy probable que lo piensen todos los españoles, yo pienso que el problema no es de conciencia ciudadana, más bien de un poder político que no quiere escuchar o leer las propuestas de los ciudadanos y prefiere dejar las cosas como están y evitar un cambio que los perjudique o perjudique a alguien de su entorno, como un amigo banquero o empresario.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo en lo que dices, si bien el PP ganó con mayoría y habrá que considerarlo. El poder sea cual sea, cederá ante la conciencia de la gente. Es la educación precisamente el motor de esa conciencia que no ha de estar alimentada por intereses espurios y malas artes.Los momentos puntuales se desvanecerán y serán olvidados, quedará lo aprendido, el juicio adquirido, nuestra propia decisión.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y no olvidemos que la ciudadanía somos todos, incluso los políticos y sus amigos.