domingo, 21 de julio de 2013

A MODO DE EJEMPLO

En la anterior entrada di a conocer, desde mi prisma personal, en qué consiste una Revolución Pacifica, haciendo saber que se está realizando en España de manera admirable. Destacar el grupo de personas que encabeza Ada Colau, dialogando, actuando, recurriendo a la ley más superior; la de los derechos humanos que está por encima de cualquier costumbre, norma o ley partidista e interesada que deja en desamparo a la persona: No hay nada tan trascendental o tan importante por lo que luchar.
Hoy en día, amparados en una severa crisis donde ni la más mínima esperanza de recuperación se atisba,  ni siquiera a largo plazo; los dirigentes políticos investidos de toda clase de protecciones no resuelven sino en provecho propio, hasta lograr plaza fija, con todo merecimiento, en el  Pódium de los males que nos afligen. Los ciudadanos con conciencia plena, libre y pacíficamente,  de forma individual respetando las leyes, hemos de ir tomando iniciativas para irnos liberando de las miles de corruptelas que nos  están asfixiando.
Las leyes injustas, por ejemplo, aquellas que atentan impunemente con el deber de que cada cual se pueda ganar la vida trabajando dignamente, han de ser derogadas y para ello hemos de actuar a nivel individual y/o  colectivo. No tolerar a un Gobierno que así no lo hace, que abusa imponiendo desmedidos impuestos y sacrificios a los que menos tenemos, en beneficio de unos pocos, con excesivas prebendas que no ceden: Habrá que hacerles frente.
Invito, igualmente, a que cada uno de nosotros aportemos SOLUCIONES INDIVIDUALES Y PACIFICAS que podamos realizar. Es posible que las pequeñas cosas, día a día, vayan minando las fortalezas que ahora se consideran inexpugnables; los palacios de las injusticias que se han creado con la apatía de la gente. No consintamos que en aras (a no se sabe qué) nos priven de nuestros derechos. No renunciemos por insignificante que sea a lo que nos pertenece.
Ciertas mafias regalando a nuestros jóvenes drogas los hacen adictos para vender, a la postre, su mercancía, sin preocuparles que el consumo les arrastra a la muerte;  similares prácticas a las que emplean compañías, entidades bancarias, por ejemplo, regalando productos o servicios para crear costumbre y antecedentes y, posteriormente, cobrarlos a precio de oro.

Si las personas de a pie estamos retrocediendo en bienestar y aumentando las cifras de paro,  (economía y  desempleo, los otros dos componentes del Pódium de los males) de la misma manera hemos de ir contra aquellos que nos lo provocan. ¿Quién no se acuerda de los beneficios que nos prometían domiciliando nuestros recibos en entidades financieras, cajas y bancos? Y accedimos eliminando cobradores, reduciendo costos a las empresas, obteniendo comodidad. Pues bien, ahora no sólo no nos beneficia sino que nos cobran comisiones, gastos e impuestos por mantener las cuentas que lloraban por que abriéramos domiciliando cobros y pagos. Y castigan los depósitos con gravámenes, que no tendríamos, de tener el efectivo en casa. ¿Quiénes más son los provocadores? Tal vez, vaya siendo hora de ir pensando en ello e ir dándolo a conocer para no caer en manos de mafiosos, que son asociaciones de malhechores cuyos fines espurios los camuflan con beneficios a la gente que no son tales; al contrario, se justifican con reducciones de gastos para algunos, ánimo de lucro para otros, siendo subterfugios impíos. Ya está bien de tanta mentira, de tanta cara dura, cuando sabemos que detrás del movimiento un preboste corre los gastos por doquier, sin miramiento alguno. Y estos salen de los impuestos que pagamos,  sobretodo, los que tenemos una nómina: pobres diablos de los que se ríen a espuertas. Riamos nosotros también a modo de ejemplo.

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