domingo, 13 de octubre de 2013

MPC2-APAGÓN ECONÓMICO: FINANCIACIÓN

El Movimiento de la Persistencia hacía la Concordia (MPC) me lleva, conforme al guión establecido, al Apagón Económico en su medida: c) La Emisión de Empréstitos y otros créditos.
De no mediar una situación especial, es inadmisible elaborar unos presupuestos con déficit ¿Alguien medianamente juicioso calcularía gastarse 100 cuando sólo puede ganar 90? Únicamente una catástrofe, un contratiempo imprevisto o una clara inversión, serían la razón para endeudarse y recurrir al crédito. Ni que decir de la excepcionalidad del mismo.
Así lo ha de hacer un buen Gobierno, una empresa, una familia o cada uno de nosotros. ¿Por qué no lo hace la Administración? Confiar en los recursos de terceros es vender a bajo precio el mejor de nuestros activos o valores. No hay nada más triste que pasar hambre y, en situaciones de emergencia, no nos queda, a veces, otro remedio  que estar hambrientos. Nuestro Gobierno no nos da ejemplo de estrechez, persiste en endeudarse, dispara con pólvora ajena y, a estas alturas, todo mundo sabe de los vientos contrarios que soplan sobre los débiles, soportando hambruna y calamidades, mientras ellos, los poderos, aumentan su defensas  incapaces de renunciar a sus privilegios.
La medida que fórmula el Proyecto de Ciudades Ocupacionales (PCO) es que el Estado no ha de emitir empréstito alguno y, por tanto, tampoco ninguna administración, (salvo por lo citado o puntuales momentos de liquidez). NO MÁS DEUDA. Resulta muy halagador el ofrecimiento financiero; un  regalo envenenado como el traicionero elixir del éxito que se le brinda al joven que necesita crecer, descubrir o triunfar. Son las tentaciones del diablo, esa generosa ofrenda falsa que atrae, atrapa y domina. Hoy día nadie ignora quién manda en los Gobiernos y por consiguiente en los destinos a los que lleva a sus gobernados. España no es una excepción; al contrario, ha bebido los tramposos remedios de los banqueros y el Gobierno está apresado por sus pócimas.
¿Y qué se puede hacer? Hay soluciones varias que hoy no comentaré, dado que de lo que se trata es de implementar un Nuevo Sistema. Grito, sin embargo, que más sangría no: ya está bien de llevarnos a un abismo sin retorno.
El PCO aboga por temporales créditos para cubrir carencias en determinados momentos y aboga porque lo hagan las empresas y demás personas pero no por el Estado, que tiene resortes más que suficientes para financiarse; de ellos hemos hablado y seguiremos haciéndolo al comentar más grupos de medidas a implementar.

Revitalizar los diferentes tipos de crédito será de utilidad primordial. Convendrán conmigo, que un Banco público (¡qué ya tenemos!) serviría de plataforma para ensayos de esta clase. Mediar, financiar, garantizar, asegurar, confiar, es característico de entidades bancarias (no se puede juzgar toda una trayectoria sería, por hechos puntuales o por una politización fiduciaria punible) y a ellas han de encomendarse la labor en la obtención de recursos para pequeñas empresas, autónomos, sociedades de nueva creación, cooperativas, uniones empresarias y demás. Igualmente, dar diferenciación a los pasivos (recursos líquidos) que las mismas obtienen, determinando de antemano su finalidad, puede ser de interés, así como aligerar los abultados costos de tarjetas, avales, comisiones y otros medios  (amortizados hasta el infinito) y referenciar los intereses al precio del dinero. En esto, como en las demás actividades, la empresa (banco) pública  ha de competir lícitamente con la privada.

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