domingo, 17 de noviembre de 2013

MPC 3 - EL PLENO EMPLEO



Abordamos hoy el Pleno empleo o el llamado Plan de Ciudades Ocupacionales que es el  TERCER GRUPO DE MEDIDAS DEL PCO. Una medida pensada para acabar con el paro; esa lacra social que crea indefensión. Ese estigma social que denigra al individuo y empobrece a la sociedad. Estar desocupado es como estar muerto. Y nadie quiere la muerte, aunque haya miserables que la propicien para repartirse más despojos. Algo tan simple, no representa misterio alguno. En España, que el paro ha sido siempre un endémico mal, lo resolveremos sencilla y llanamente, con el  hecho de llevar a efecto el derecho al trabajo. La obligatoriedad a estar ocupado es la esencia.
La norma ha de contemplar, que a partir de la edad requerida, toda persona que no encuentre trabajo recurrirá a la administración del Estado a que se lo facilite. Pasado un mes, (con o sin é) el ciudadano recibirá una contraprestación de subsistencia o mínimo de supervivencia, determinado (100) por el Gobierno, para comer (10), vestir (10), cobijo (20), salud (20), educación (20), justicia y otros (20), que puede materializarse en efectivo, en especie o, lo normal, con ambas cosas a la vez. Si la persona decidiera laboralmente no estar ocupada o el trabajo encomendado lo rechazara, no tendría la remuneración apuntada.
Se pretende, entre otras cosas, no dejar a nadie desprotegido, pero aunque sólo fuera por el costo, el Estado encargará al “INEM”, con oficinas habilitadas al efecto, próximas a los ciudadanos, dar trabajo a los peticionarios y no prescindir ni dilapidar tanta capacidad productiva. El Servicio público de empleo estatal habrá de regular el tráfico, dirigir y controlar los trabajos, responder de su buen quehacer, ejercitando de gerente y patrón. El trabajo que proporcione se ajustará a la legalidad vigente, salvo en lo precario y eventual, y las personas, a las que llamaremos Funcionarios honorarios, lo  acometerán con los mismos derechos y obligaciones a las del resto de los  trabajadores.
Se dejará de ser Funcionario honorario (predecimos automáticamente un 30% del paro actual) al conseguir un trabajo mejor; mientras tanto, es posible efectuar un sin fin de actividades que generen beneficios sociales a la comunidad; que permitan la creación de nuevas empresas; que fomenten el consumo dinamizando la economía; que organicen y aviven estímulos personales, valorándose, siendo  útiles y un largo etcétera que surgirán como surge la energía cuando se está en movimiento.
¡Hay tantas cosas por hacer!
En los momentos actuales supondrá un pago muy elevado tanta mano de obra,  sin embargo, proporcionará enormes beneficios que compensen. Además de los expuestos anteriormente, valorando la productividad que realicen los Funcionarios honorarios y su saludable bienestar (atendiendo a dependientes, cuidando bosques y costas, no enfermando de inactividad…),  se desenmascararán impunes estafas que actualmente se vienen realizando por  trabajadores, empresarios y otros intermediarios (anulando la precariedad, la no cotización, la evasión de impuestos…); se optimizarán medios y recursos actualmente improductivos (viviendas, pabellones, rústicas, maquinaria…); se emplearán las prestaciones actuales y los fondos que se reciben de la Comunidad  para contrapartidas vitales (estímulos a mejorar la investigación,  la movilidad, el autoempleo…); se encontrarán nuevas fuentes de beneficios regulando la oferta y demanda del empleo, si es preciso y, en un último caso improbable, se recurrirá al dinero social u otras alternativas de las que tendremos oportunidad de hablar próximamente.

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