domingo, 2 de marzo de 2014

LA TRANSICIÓN PERSONAL QUE NOS AGUARDA



Será muy complicado desterrar de nuestros genes las costumbres que arrastramos desde siempre. La picaresca, el sentido del ridículo, la envidia, etcétera, no se pueden confinar en un santiamén. No es cuestión de echar el telón y comenzar de nuevo. Será difícil, por tanto, instaurar el Proyecto de Ciudades Ocupacionales (PCO), si bien, hay que empezar a caminar a buen ritmo y no detenerse. Por mi parte, haré lo que esté a mi alcance y la prueba más evidente es que a mediados de abril estará en la calle el libro titulado 5 FÓRMULAS PARA MANTENER EL BIENESTAR EN ESPAÑA que, sin duda, lo promocionará. Los estímulos de la codicia caerán cuando estén limitadas las rentas y el esfuerzo nos asegure el  pan. Entonces, los enchufes comenzarán a desaparecer y dejarán de existir las recomendaciones, incluso para los hijos, porque merecerá la pena que se instruyan en el espíritu del trabajo y su propia voluntad. A la clase política no le tendrá cuenta engañar (como lo hace ahora) por mantener un cargo, ni continuar siendo parasitaria, ni siquiera acaparar privilegios o riquezas que se extinguirán con quienes la ostentan, tan pronto finalicen sus vidas. Los empresarios realizarán sus ilusiones en lugar de amasar  fortunas que le ocupen un tiempo que nunca podrán comprar. Deportistas, virtuosos, profesionales y demás personas no dilapidarán el valor más importante, que ellos bien conocen y aprecian, dejando escapar su tiempo. Un tiempo cuyo valor es lo más valioso, no regresa ni se recupera, muriendo con nosotros. Y esto se podrá comprobar antes que la parca nos llegue. Las crisis no sucederán al sucumbir el mercado de ganar cuanto más y lo antes posible mejor, ya que se habrán instaurado los medios que lo impidan. El P.C.O. como modelo cundirá al resto de países aunque ello suponga aburrimiento a los aventureros, a los amantes del riesgo o a la incertidumbre del qué pasará. El hambre y el paro perderán la batalla. Ya el artificio no será necesario para poder vivir o la impunidad de ciertas clases sociales no tendrá sentido ya que robar nos les merecerá la pena y todos tendremos cabida para ejercitar la vida que mejor nos cuadre. La confianza se instalará entre nosotros y aprovecharemos las oportunidades que nuestro tiempo nos brinde. Recibiremos puntualmente la revista a la que estamos suscritos porque Correos dispondrá de gente suficiente para que así suceda. Las colas de la sanidad acabarán por la misma razón. Adelgazarán los legajos judiciales porque los acuerdos serán posibles, recurriendo menos a los  juzgados aminorados los estímulos económicos que compensen hacerlo. Las compañías de luz y gas no se empecinarán sólo en ganar y ganar ajena a considerar el valor social de sus mercancías, porque el reparto de dividendos puede incrementar  las excesivas rentas de sus consejeros y accionistas y a éstos no les tendrá cuenta. Los abogados darán a conocer las cuentas limpias, sin recomendar que se camine por el filo de la navaja, sin participar de los negocios de sus clientes o sin una competencia desleal. Los periodistas informarán como sepan,  sin presiones de sus anunciantes o de sus pagadores, porque siempre tendrán abiertas las puertas de la ocupación que les permita comer como a los demás (otros trabajadores, autónomos, empresarios). Los intermediarios  ajustarán el destajo de sus ventas para emplear su tiempo en leer o pescar. Las entidades financieras ralentizarán su ánimo de lucro, limitadas las especulaciones, plazos, riesgos o apuestas. Las cárceles serán desocupadas de gente que fue negligente, cometió errores  o padece una enfermedad;  siendo un lugar de castigo no de rehabilitación (para eso habrá otros espacios) de donde no se salga hasta haber devuelto lo robado, reparado  su acción o penado su delito. El pago para ver museos, catedrales o monumentos no pasará a manos privadas porque fueron hechas con esfuerzo o el  dinero de la gente. Y la gente confiará en las instituciones del Estado ya que sus funcionarios emplearán Honorabilidad, Transparencia y Rentabilidad como ejemplo en todos sus cometidos.

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