sábado, 26 de abril de 2014

NO HAY QUE DESESPERAR

No hay que desesperar: este es el mensaje. Siempre merecerá la pena un pequeño esfuerzo adicional por lograr lo que uno considera beneficioso para sí y para los demás.
Es la tenacidad la que debemos mantener a toda costa. No hay cosa peor que abandonar. Y menos aún sabiendo, que la razón está de parte de quien emplea la moderación y atiende los puntos de vista de las partes que configuran la mayoría de la sociedad. Comprendo que tirar la toalla lleva a la inanición, al descanso, a eludir preocupaciones, pero eso es precisamente lo que desean quienes están interesados en que la gente de a pié no nos pongamos de acuerdo.
A veces, resulta insufrible machacar en hierro frio, predicar en la soledad del desierto o insistir ante oídos sordos. Pero no es menos cierto, que una de las dos tendencias políticas más numerosa de España trata de imponerse sobre la otra, sin más argumentos que considerarse poseída de la verdad, cuando (que se sepa) ésta no es absoluta. Ninguna parte quiere ceder. Ni siquiera abrir los ojos ante opiniones distintas a las que mantiene como propias o exclusivas, aunque conscientemente sepa, que ni todo es blanco, ni todo es negro.
Algunos seguidores de mis comentarios en este blog aducen, que la causa principal de la pasividad en la gente es asumir su ignorancia sin inquietarse. Manifiestan que, inexplicable, aún en nuestros tiempos, creen en curanderos, santones, charlatanes asistiendo a sesiones de esoterismo  o dando crédito a la tele, a la publicidad o a los políticos, que les hablan de lo que desean oír, sin reparar en las trolas que meten, sin cuestionar un ápice lo que escuchan. La cultura es muy importante, pero no definitivo. Otros me indican, que aplicar algunas de las fórmulas que vengo proponiendo en el P.C.O. (Proyecto de Ciudades Ocupacionales) es un paso utópico o inalcanzable: “El paso más grande –dijo uno- es para muchos, el creer que somos capaces de instaurarlo”. No obstante, (pienso yo) que para superar ciertas carencias bastaría con recapacitar un poco lo que se escucha. Por ejemplo: “Te ayudamos a controlar tu dinero”. “Confía en España dándonos tu voto”. “Te rebajaremos los impuestos” o, “Dios ha dispuesto el cielo para ti”, ¿no sería motivo de analizar mínimamente tales frases?
En 5 Fórmulas para el bienestar de España (un libro que se regala comprando la novela ESCAPE) se establecen medidas concretas y la forma de llevarlas a cabo. Es un hecho, que podemos, que todo se puede llevar a cabo, que muros más sólidos han caído. ¡Hay que seguir insistiendo! El tiempo no se impacienta. El germen prenderá en el momento oportuno.
No se trata de clases o profesiones sociales es cuestión de personas. La cabra cambia de pelo, pero no cambia de leche. La honradez no se corresponde con tener unas ideas u otras. ¿Quién no conoce, entre sus amigos o familiares, personas queridas con distintas tendencias? La codicia, la envidia o la corrupción se pueden superar. Habrá que poner los medios necesarios para erradicarlas. ¿Cuáles son los medios que tú instaurarías en cada caso? Cada uno de nosotros entendemos de materias diversas. ¿Por qué no aportar algo que resulte positivo para el bienestar de las personas en España que, en definitiva, será para el desarrollo y beneficio de la humanidad? Algo, sin duda, podrás aportar. Probablemente para eso, también, habrás nacido. A ciencia cierta, tendrás algún remedio que puedas compartir: siempre existe una receta favorable para una dolencia y ninguna idea, por simple que parezca, es fútil. Al contrario, es admirable y ha de considerarse.  
Espero pues vuestros pensamientos y todos ganaremos. Mi más sincero reconocimiento.





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