sábado, 31 de mayo de 2014

PRÁCTICAS SINTÉTICAS



El compendio titulado 5 Fórmulas para el bienestar de España es un trabajo, que se regala comprando la novela titulada ESCAPE, marca un camino pacifico hacia la justa distribución de la riqueza. En él se determina un formato de sociedad que innova el capitalismo y lo regula en beneficio de las personas físicas y establece un modelo de vida que magnifica la libertad del hombre, la democracia de la que es participe y las consecuencias de sus obras. En definitiva, muestra a la luz un sistema nuevo con el que se pueden resolver (al menos en su inicio) los mayores problemas del mundo: la existencia en armonía de los seres vivos en un medio saludable.
Siempre entendí que nosotros (los hombres) formamos parte de la madre Naturaleza y, efectivamente, continúo manteniéndolo, si bien, creo que la evolución tocó techo con nuestro emerger (así sucederá con las sucesivas generaciones que vengan sustituyéndonos) y ya no sólo se fijará nuestra existencia por los niveles de adaptación y capacidad que tengamos, sino además, por la influencia que podamos ejercer sobre la misma.
Antes, apenas si eran perceptibles los acontecimientos no naturales que pudieran afectar a la infalible y mutable  Naturaleza. Tal vez, el descubrimiento del fuego o  las reacciones atómicas dieron paso a ciertas alteraciones en la susceptibilidad de la misma. El modelo evolutivo en el hombre se desarrolló por un sistema neuronal específico potenciando una caletre  tendente a malograr los ciclos a los que La Tierras está sujeta. Y todo ello, sin medir sus consecuencias.
A nadie se le oculta que la especie humana terminará construyendo a un ser humano con prácticas sintéticas no contempladas por la propia evolución. Tal supuesto, entonces, comenzará a formar parte de dicha evolución. Sin embargo, actualmente, algo tan simple, a ras del suelo, como el hecho de mejorar la vida de las personas, el medio ambiente, evitar las guerras y entendernos para no morir de hambre, no es, ni por ensueño, un modelo de ejecución que venda para llevarlo a cabo.
¡Qué tristeza me produce!
Mantendré la ilusión divulgando el P.C.O. antes que me convenza de lo contrario; es decir, tendrán que persuadirme de su negatividad, la razón por la que la limitación de rentas no es posible o a la gente ociosa no se la ocupa, necesitada de una mínima retribución para vivir.
Dejémonos ya de invocar principios vacíos de contenido y pedir para la virgen que ni come ni cría hijos. Solo las personas somos conscientes de ello. ¡Qué la vida circule!
¿Y qué, si se regula la propiedad privada y desaparece con la muerte de su titular? En las siglas de sociedades no pueden estar encerrados los patrimonios para eludir impuestos, mientras sus accionistas, consejeros son quienes los manejan. Los bienes y servicios (salvo si son sus mercancías) las empresas no pueden utilizarlos: ni se alimentan, ni conducen, ni precisan de vivienda. Solo bastará con que realicen sus anotaciones en cuenta, manejando el dinero como un valor de cambio. Las personas físicas han de estar, a todos los efectos, bien diferencias de las jurídicas. Y en éstas se tasarán los cargos y sus plazos para que los hombres sigan la estela de sus deseos y capacidades: no demandando más de lo que sean capaces de utilizar, a sabiendas que sus hijos nada de ellos necesitarán, dado que los bienes  sensibles para la vida no formarán parte de la oferta y la demanda de los mercados especuladores.

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