sábado, 13 de septiembre de 2014

¿POR QUÉ NO...?

Arrepentimientos antes de morir.
¡Ojala:
a)      Hubiese tenido coraje para vivir una vida auténtica por mí mismo.
b)      No hubiese trabajado tanto.
c)       Me hubiese gustado expresar mis sentimientos.
d)      No hubiera dejado de mantener el contacto con mis amigos.
e)      Hubiera deseado permitirme ser más feliz!
Copié tal texto de alguna lectura que no recuerdo y se lo traslado a ustedes.
Si tuviéramos presente, a cada instante, la idea de la muerte, las cosas cambiarían. Pero ello es imposible. ¿Lo es también, que los hombres no nos pongamos de acuerdo? Cierto es que vamos a morir y estamos consiguiendo retrasar la llegada de la Parca mientras nos encontramos mejor. Poco a poco, cediendo entre sí, lograremos lo segundo y el tiempo que vivamos se hará más placentero, sin depender de esa misteriosa señora que a muchos aterra.
Dos fuerzas económicas e ideológicas son las dominantes, el Capitalismo y el Comunismo. Olvidemos en cuál de las dos nos encontramos. Lo que importa es vivir mejor y para ello debemos sincerarnos, al menos, con nosotros mismos. ¿Qué nos gustaría hacer?
El nacimiento es clave. La muerte lo borra todo. A veces, hay un intermedio, largo, pequeño o permanente, en el que no nos hubiera gustado haber nacido o preferiríamos estar muertos. ¡Qué contrariedad!  ¿No es lo mismo? El deseo persiste pese a la condición social o a lo que se posea. Es inaudito que siempre pida el corazón lo que carece.
Lo pensé mucho y me empeñé en trasmitirles mi conclusión. ¡Escribir un librito con idea de cambiar el mundo! ¿Cambiar el mundo? ¿Cuántos dioses, guerreros, profetas, sabios, filósofos, dictadores… lo han intentado? El mundo no cambia, evoluciona. Igual que los genes no mutan sino que se representan de forma diferente, a fuego lento como se cuece un condimento. Sólo un cataclismo, una radiación nuclear o algo muy gordo lo pueden modificar de manera radical. Además, el cambio no se impone por la cruz o por la espada, por la violencia o con la sangre,  sino que se admite y surge espontáneo por la costumbre de la gente pacífica y consecuente. Sin embargo, el poder irrazonable de la codicia lo tuerce, como si fuera ley de venganza, que la economía asiste. Y sí, efectivamente, una gran mayoría de personas son arrastradas por esa avaricia, que jamás les hará sentirse bien, ni harán lo que les hubiera gustado hacer, ni serán lo que hubieran deseado ser y, para colmo, tendrán sobre sus cabezas las maldiciones (sino el filo de la guillotina) de tantos y tantos hombres a los que perjudican.
¡Piénselo! Siempre nos queda tiempo; aunque, para cuando queramos darnos cuenta, ya no seremos los mismos. Cada uno de nosotros un gramito de sinergia podemos aportar; seguro, que futuras generaciones, nos lo agradecerán ¡Pocos son los que actuar quieren siendo siniestros tiranos!

Mi aportación, por ahora, es el librito que les cité: 5 FÓRMULAS PARA EL BIENESTAR DE ESPAÑA. Se regala comprando la inquietante novela de ficción llamada ESCAPE. Les animo a que la lean para que puedan recomendársela a sus amigos.Hasta la próxima semana.

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