sábado, 7 de febrero de 2015

NO MÁS GASTOS ILEGÍTIMOS



Visualicemos la punta del iceberg que son las famosas tarjetas black. Veremos entonces el gigantesco témpano que no está  al descubierto: Créditos condonados, fallidos, renovados in saecula saeculorum a coste cero y más gastos ilegítimos. Promociones inmobiliarias impagadas que se regalan a fondos buitres o no y más gastos ilegítimos. Ventas, cesiones, permutas de propiedades a firmas desconocidas  o a ser vos quien sois como pago de favores y más gastos ilegítimos. Negocios, tratos, inversiones ruinosas difuminadas entre titulares insolventes, sociedades creadas al efecto o testaferros a favor de los cuales se han endosado efectos a cobrar simulando alguna operación y más gastos ilegítimos. Errores por cambios del epígrafe Deudores por el de Acreedores o traspasos a paraísos fiscales diferidos y más gastos ilegítimos. Robos a manos llenas por personas próximas, no alejadas en mundos perdidos, falseando valores con recurrentes contabilidades fantásticas o izando importes de bienes insignificantes, y más gastos ilegítimos. Obtención de comisiones en operaciones de terceros, tasando, asegurando, desahuciando, lanzando a clientes desempleados o cuando no cobrando por estudios, informes, colaboraciones y otras zarandajas y más gastos ilegítimos. Estafando, engalgando, engañando, creando preferentes, opas, emitiendo capital y viendo la prescripción pasar por la riqueza creada en beneficio propio o de unos pocos y más gastos ilegítimos.  ¡Cuánta impunidad tan sólo en una Caja! ¿Cómo sería posible que, semejante entidad financiera, de ganancias fabulosas pasara a más de cuatro billones de pesetas de pérdidas? ¿Cuántas cosas se pudieron hacer con ello? ¡Pero no pasa nada! Poco se sabe de sus reguladores, auditores, consejos, asambleas... Y suma y sigue: defraudadores,  ladrones, corruptos,  tramas, tratas, obras faraónicas, Eres o la Madre que los parió... ¿Y qué medios se han puesto? ¿No habrá más gastos ilegítimos que pagar? Claro que sí: hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Pobres accionistas de Bankía. Pobres las empresas eléctricas o las que hicieron autopistas o las que inyectaron gas o… Pobres partidos políticos y sus dirigentes que se fijan sus propios contratos laborales. Pobres mercados e intermediarios  que arruinan a muchos en detrimento de unos pocos con sólo tocar una campana. Pobres, más que pobres, los que no pueden evitar la tentación de robar; luego resultan insolventes o carecen de responsabilidad. ¿De qué nos quejamos? ¿No somos el pueblo? ¿No somos el Estado? ¿No somos los que pagamos?
La cosa está clara. Necesitamos de políticos y hemos de elegirlos. Hasta ahora nos han salido ranas. La cuestión pues, es no votar. Pero como eso es prácticamente un imposible, se me antoja que los partidos candidatos, ante notario, por ley, solemnemente (¿), antes de celebrarse las elecciones, prometan, garanticen, se obliguen, propongan (¿) cumplir con anularse privilegios y que éstos sean ratificados en referéndum, así como las elementales  y concretas medidas que tomarían, en su caso, para anular las prácticas corruptas, los abusos mafiosos, sofocar la pobreza,  abolir el paro y demás engaños de los que hemos sido y seguimos siendo objeto. Fórmulas por otra parte que, a mi juicio, serían imprescindibles para votar. Les daré entrada en este blog, al igual que ya se han publicado en libros como 5 Fórmulas para el bienestar de España o Escape. Patrones abocados a implantarse para que el mundo cambie y las crisis no tengan lugar. O, ¿es que acaso hay quien  cree que no hay otra forma de actuar en política, economía  o socialmente? ¿Por qué no lo hace Europa? ¿Por qué no una misma receta? ¿Un sólo Gobierno? ¿Un sólo presupuesto? ¿Una sola soberanía? La búsqueda de una identidad propia europea nos acercará sin renunciar a las múltiples que tenemos. Lo sensato será que Europa apueste por las personas y no por los mercados.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario