sábado, 9 de mayo de 2015

GOLPE DE EFECTO

En plena campaña electoral todos los partidos políticos hablan de un cambio, sin embargo, ninguno destaca medida alguna que suponga un golpe de efecto. A la gente no le gustan las alternativas y aborrece las incertidumbres; no obstante, si no somos capaces de aceptar y domesticar nuevas alternativas e incertidumbres, siempre haremos lo mismo y no avanzaremos. Las crisis se repetirán, los modelos fracasarán, necesitaremos de algún grave daño para variar nuestras conductas. En España se turnaron el poder dos partidos sin alcanzar acuerdos globales, sin ceder en su ideología y los valores de los hombres se han devaluado; sólo  cambiaron sus nombres sin rebelarse contra la corrupción y sus mentiras que, apenas, si se sanciona. Por tanto, desde hace tiempo, de maneras diversas, vengo diciendo que a partir de La Constitución (a revisar) se han de establecer opciones o paquetes de opciones (no de personas) partiendo de las que se consideren más importantes para que los ciudadanos se decanten votando democráticamente. Después, cada cuatro años, entre las formaciones de personas comprometidas a llevarlas a efecto, una será elegida en las urnas; con ello la flexibilidad de las ideas se mantendrán permanentemente permeables e innovándose. Una labor que las Cortes pueden llevar a cabo con la premura que requieran. No existe un sólo modelo de sistema, sea económico, político o social. Del que tenemos, ya sabemos que, más pronto que tarde, nos llevará a distanciarnos con las desigualdades y sus crisis. No hay que seguir tropezando en la misma piedra y, si es preciso, habrá que hacer blanco lo que es negro.
Cualquier partido sorprendería a la gente si anunciara algo que se puede hacer en un año:
1)      Suprimir el desempleo. Suprimir el dinero. Suprimir la pobreza en España. (Toda persona desocupada mayor de 16 años gozará de una renta digna para vivir si trabaja para el Estado (labores que le encomienden) y será retribuido  mensualmente con el 100% del s.m.s, abonando el importe en su cuenta o en especie,  distribuida en un 20% para cada una de las siguientes exigencias: a) comer y vestir; b) cobijo; c) salud; d) educación y c) justicia y suministros. La ausencia del dinero físico dejará la marca de por dónde circula y la pobreza no tendrá cabida en nuestra sociedad).
2)      Las empresas no pagarán impuestos. El despido libre será un hecho. (Los beneficios de las empresas serán distribuidos en tres partes iguales, a saber: Capital, Trabajo y Estado. Este último cederá su parte en aras a que sea empleada para la creación de puestos de trabajo o lo que el Estado decida. El despedido será acogido de inmediato con el s.m.s. del Estado, excepto ante factores de edad y emergencia social).
3)      Los dividendos a favor de las personas físicas estarán exentos de impuestos. (No así los percibidos por las personas jurídicas, dado que éstas no testan y su representación no ha de formar parte del Consejo de Administración Ejecutivo).
4)      Las empresas, al margen de los sindicatos, presupuestarán sus costes laborales. (Por supuesto, como nadie cobrará menos del s.m.s. (salario mínimo de subsistencia) cada empresa determinará sus salarios, sabiendo que el más alto será un máximo de 17 veces el salario mínimo de dicha empresa).
5)      Todas las personas físicas serán consideradas o bien autónomos o bien trabajadores. (No importa su función, el trabajo que realicen o su categoría laboral -peones, directores, abogados, autónomos, asesores consejeros, presidentes- todos ellos pagarán un mismo porcentaje de sus retribuciones para la seguridad social).

Son fragmentos sacados de los libros Escape y 5 Fórmulas para el bienestar de España.

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