El presente blog de CIUDADES
OCUPACIONALES que nos ocupa (ya va para
siete años) fue voluntariamente iniciado con la pretensión de que su
contenido, gobernado por una escritura subjetiva como no puede ser de otra manera, se convirtiera
en un innovador Sistema social pensado para la búsqueda de la felicidad del
hombre; sustentado en la igualdad de oportunidades, la democracia, la justicia,
el respeto, la libertad y el pleno empleo, sin cuyos fundamentos la vida
quedaría coja o desvalida. En él se han vertido principios e ideas; opiniones y
juicios; anotaciones y comentarios; temas y cuestiones en definitiva, ajustados
o no a las circunstancias del momento, en
aras a perfeccionar aspectos, opciones o expectativas sociales, tratando siempre a las personas con respeto
(como nos gustaría que a nosotros nos trataran), dando pie a debatir
discrepancias, a concertar acuerdos objetivos que nos enriquezcan y nos hagan mejores,
dentro de la complicada sociedad en la que nos movemos.
IGUALDAD DE OPORTUNIDADES no es que las personas sean iguales (algo imposible) sino la posibilidad de que todas ellas tengan las
mismas opciones y derechos en sus vidas y acceder de igual forma a conseguir un determinado fin.
Hay muchas razones para no alcanzar éste, pero ninguna para que LA IGUALDAD DE
OPORTUNIDADES no se dé, ya que todo es susceptible de innovarse como hemos
hecho desde que el homínido tuvo capacidad de raciocinio y juicio transformando
las cosas, salvando los obstáculos hasta llegar a hoy, donde el consenso se
abre paso para desterrar los errores del ayer e ir avanzado en paz y con
justicia, pese a la máxima población existente.
LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES se puede conquistar (todos nacemos en
cueros) si se anulan privilegios, trabas, barreras y si así lo dice la Ley que hay que cumplir.
¿Cuáles son los escollos a salvar? Los
poderes del Estado han de ser independientes y todos los ciudadanos iguales
ante la Ley, pero por encima de ello incluso, ha de prevalecer que los citados
ciudadanos posean LA MISMA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES.
En España, no es de
recibo que existan poderes permitiéndose y consintiendo, tanto a personas físicas como a jurídicas, incumplir lo
antes citado. Las Comunidades autónomas, los Ayuntamientos, han de ponerse de
acuerdo para que en su territorio cualquier residente pueda sin traba alguna
trabajar, estudiar, acceder a la sanidad, a la justicia, a la seguridad pública,
etcétera, como dice la Constitución y no al revés como sucede.
La ley ha de ser clara y no expresar contrariedades, especialmente, en
lo referido a lo público que es de todos. Asignar salarios diferentes a las
mismas funciones no tiene sentido (e
inmoral cuando se auto-asignan). Practicar otra lengua distinta al español
para trabajar o aprender en las escuelas carece de recorrido (y, si se exige, irracional e insolidario).
No tener iguales libros de texto en la formación primaria y secundaria, como no
saber inglés en ciencias, es de locos y disgregador (a veces, doctrinario). Arbitrar iguales impuestos comunitarios con
porcentajes distintos es injusto y tendencioso (cuando no sectario).No disponer de una tarjeta sanitaria única, para
ser fácilmente atendidos en cualquier parte de España, es asombroso e
inaceptable (modelo de incapacidad).
Eludir un mando único coordinador de las fuerzas del orden, bomberos, equipos
de salvamento, es una temeridad cuando no irresponsable y así podríamos seguir
con otros asuntos. Es preciso optimizar pues, recursos, conductas y rivalidades
de nuestras instituciones autonómicas; que implanten las mejores e iguales
condiciones en beneficio de todos: unificando compras, que las abarate;
enseñanzas, que no adoctrinen a los niños; trabajos, que no explote a la gente;
residencias, que los mayores gocen y otras cuestiones para aprovechar sinergias que ahora,
sin debatir, se desprecian separando a
los ciudadanos, acusando sus diferencias, y olvidando que la IGUALDAD DE
OPORTUNIDADES que hombres y mujeres merecen puede alcanzarse
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